jueves, 14 de mayo de 2015

EL ÚLTIMO VUELO DE MI VIDA

CORRECCIÓN DEL EXAMEN DE RECUPERACIÓN 2ª EVALUACIÓN


El último vuelo de mi vida
Salvador Sostres
4 ABRIL 2015. EL MUNDO

 
No iba en el avión de Düsseldorf, ni mi mujer, ni mi hija, y tengo por lo tanto todavía pendiente el último vuelo de mi vida. Me ha aliviado no haber tenido que escribir sobre el terrible accidente, pero he estado triste estos días. Triste de una tristeza introspectiva, triste por los momentos perdidos en discusiones estúpidas, triste por la atención prestada a asuntos que no la merecían, triste por las canciones aburridas, por los innecesarios rodeos y por la arrogancia narcisista de pasar días y días apesadumbrado en lugar de resolver de una vez la fricción o el conflicto y regresar presto a la gran pista de la vida con todos los trucos y toda la alegría. Triste por haber derrochado con insultante desprecio los dones del plenilunio.

Y he pensado que les debo algo a los que cayeron y a sus desconsoladas familias. Algo realmente bello y que guarde la verdadera proporción con la inmensa fortuna que he tenido. Hacer de cada amor el amor de mi vida. Notar el sol y agradecer su caricia. Convertir en algo expectante y maravilloso el último vuelo de mi vida. He establecido algunas prioridades un poco menos impulsivas. Volver a preguntarme qué me gusta, aunque sea al precio de que queden viejos algunos artículos. Hacer lo mismo pero no tan deprisa. Le he dicho a mi mujer que me parece bien tener un segundo hijo.

Demasiadas veces olvidamos que la vida es una ofrenda y que no tenemos derecho a nada. Demasiadas veces, y con demasiada vanidad, olvidamos el milagro sobre el que se sostiene nuestra fragilidad infinita. Hay una pertinaz conspiración Creadora para que la mayoría de nosotros continuemos con vida y tendríamos que ser un poco más agradecidos. […] Tenemos todavía tiempo, y la fuerza, y la alegría, para el último gran vuelo de nuestra vida. Vivámoslo con pasión, y hagamos de él una maravilla que dé esperanza a las generaciones futuras. Es por contraste que aprendemos a amar la vida. Que el relato de nuestra gesta explique la tristeza, y cómo de ella decidimos hacer mucho más amor y mucha más vida.

En un Viernes Santo como éste desde el que escribo, con el espanto del avión estrellado dando todavía vueltas en mi cabeza, te digo que somos hijos y padres del gran dolor del mundo y la tragedia es nuestro punto de partida. La Cruz está en el patio de jugar. Sólo los que entienden la libertad como un deber llegan a ser libres. Sólo los que entienden el amor como una deuda aman profunda y eternamente.

No hay que disimular la tristeza, ni sentirnos humillados por ella. Hay que llevar nuestras heridas en la piel para que todos puedan leer nuestros sueños. Somos lo que nos duele. Somos fundamentalmente nuestra tristeza y hay que bucearla hasta comprenderla. Entonces ser hombres consiste en emerger con ella convirtiendo el viejo dolor en amor para legarlo solemnemente a la Historia.


   I.  Comentario de texto

I.I. Establecimiento del tema del texto, breve resumen de su contenido y descripción y explicación del esquema organizativo –partes temáticas constitutivas del texto y articulación de estas-. (3p.)

Texto profundo el escrito por Sostres. Todo él gira en torno a una idea iluminadora muy interesante. Esta vertebración del texto hace de él un mensaje con sentido unitario, un mensaje coherente. Entendemos por coherencia la propiedad de los textos por la cual pueden ser percibidos como una unidad de significado y gracias a la cual están estructurados de forma lógica y ordenada. Trataremos de demostrar lo que acabamos de afirmar con el estudio de la coherencia estructural y de la coherencia temática.

La estructura externa del texto se compone de cinco párrafos. Hay que tener en cuenta que el texto no está completo –se nos presentan unos corchetes-, por lo que puede sufrir ciertos desequilibrios en su estructura. La información acerca de la publicación, autor y título viene al inicio del texto. El título vendrá recogido en las primeras líneas del texto y simboliza el sentimiento que embarga al autor.

A continuación realizaremos una esquematización del texto. En ella destacaremos las ideas principales, las secundarias y los tipos de argumentos con los que se apoya la tesis. Antes de proceder al análisis, hay que decir que este texto tiene un carácter especial. Es un texto argumentativo, sí, pero es muy subjetivo y pasional.

1. Introducción: (§1) La tristeza invade al autor por el accidente aéreo.
            1.1. Utiliza un argumento de causa: 5 causas de esta tristeza.
-        Muestran el contraste entre la superficialidad y la muerte dramática de los viajeros del avión.
-        Indican que no se puede estar rondando la tristeza, hay que afrontarla para seguir con la vida.

2. Cuerpo argumentativo: (§ 2, 3 y 4)
2.1. El autor les debe algo a los que han sufrido –víctimas y familiares-: vivir con agradecimiento porque sigue vivo.
-        Argumento de ejemplificación: Enumera seis ejemplos de la actitud que el accidente debe provocar en nosotros frente a la vida (valorar el amor que se tiene, agradecer el sol, hacer las cosas despacio…).
2.2. La vida es un don. Argumento de generalización indiscutible.
-        La mayoría seguimos vivos: agradezcámoslo.
-        Vivamos con pasión para dar esperanza a los demás.
-        Amemos la vida, haciendo de la tristeza amor.
2.3. El dolor es una realidad en nuestra vida. Argumento de generalización indiscutible.
-        Entender la libertad como deber es ser libre. Argumento de generalización indiscutible.
-        Entender el amor como deuda es amar de verdad. Argumento de generalización indiscutible.        

3. Conclusión: (§5) Aunque ya se incoa en las últimas líneas del párrafo tercero, aquí se sitúa la tesis –explícita-, a la que llega el autor después de exponer una serie de argumentos en torno al sentido del dolor. Se trata, por tanto, de un texto con estructura sintetizante. Se puede enunciar así: Ser persona es resurgir del dolor y la tristeza transformándolos en amor.
            3.1. La tristeza es humana. No nos afanemos en ocultarla, nos dignifica.


Una vez trabajada la coherencia estructural, pasamos ahora a describir de qué manera es coherente el texto temáticamente. Comenzamos con un resumen:

La tristeza me ha embargado estos días por el accidente aéreo. Sobre todo al ver el contraste entre mi vida superficial y el drama. Por eso pienso que les debo un homenaje a las víctimas: vivir con agradecimiento, siendo consciente de la maravilla de las pequeñas cosas. El problema es que no nos damos cuenta de que la vida es un don y deberíamos agradecerla más. ¿Cómo? Viviéndola con pasión para dar esperanza a los que vengan detrás. Sin embargo, nos topamos con la realidad del dolor, porque somos humanos. Solo el que entiende correctamente la libertad y el amor es capaz de asumir el dolor. En definitiva, ser hombre es ser capaz de vivir con el dolor, dándole un sentido al convertirlo en amor.

Es claro que todo el texto gira en torno al dolor y al amor. El autor trata de darle un sentido, intenta que la tragedia no nos arrastre a la desesperación, buscando un sentido a tanta desgracia. Podríamos enunciar el tema diciendo que el autor hace una “defensa del sentido del dolor a través de una vida vivida con libertad y amor”.

 Tema 1: el dolor, la tristeza.
            Rema 1: causas de la tristeza.
Tema 2: el amor-agradecimiento por seguir vivo.
            Rema 2: cómo agradecerlo.
Tema: el agradecimiento por seguir vivo.
            Rema 3: vivamos la vida de otra forma: dar sentido a la tristeza.
Tema 3: la realidad del dolor.
            Rema 4: la libertad y el amor explican el dolor.
Tema 1: el dolor y la tristeza: comprendámosla.
            Rema 5: convertirla en amor.

Observamos que se concatenan o alternan dos temas: la tristeza y el agradecimiento por la vida (más o menos). Tenemos, por tanto, una progresión temática lineal: se pasa de un tema a otro de forma lógica y coordinada.



I.II. Explicación y valoración de las ideas expuestas a partir de la cultura del alumno y de su conocimiento del mundo (1 p.).




II.  Cuestiones
II.I. Analice sintácticamente la siguiente oración: (2p)

Hay una pertinaz conspiración Creadora para que la mayoría de nosotros continuemos
-----  ----- -----------  ---------------- ------------- ------------ -- ----------- --- ------------ -----------------
 N.     ac.     mod.            N.                mod.        Nx.     ac      N.       e.       N.                N.
         ------------------------------------------------                 -------------------------------   ---------------
                     CD. (g.n.)                                                            SJ. (g.n.)                               PV
                                                                            -----------------------------------------------------------
                                                                                  Or. sub. advb. impropia FINAL
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
                                                                  O1



con vida y tendríamos que ser un poco más agradecidos.
----- ----- --- ------------------------- ---- ------ ------ ----------------
   e.   N.  Nx          N.                   ac.  mod. mod.      N.
-----------                                       -----------------------------------
   PV                                                        ATR. (g.adj.)
------------   --------------------------------------------------------------
O.s.a.i.                   PNom. (Sj. omitido nosotros)
FINAL
------------     -------------------------------------------------------------
O1                                               O2


Naturaleza del Predicado (NP): Oración compuesta coordinada copulativa
Oración 1: Oración compuesta, predicativa, activa, transitiva, impersonal (hay)
- Oración subordinada adverbial impropia final: oración simple, predicativa, activa, intransitiva, personal (continuemos).
Oración 2: Oración simple, copulativa, personal (tendríamos que ser).

Modalidad oracional (MO):
Oración 1: Enunciativas afirmativas las dos.
Oración 2: Exhortativa afirmativa.



II.II. Comente los aspectos más relevantes de la modalización en el texto. (2p)

Cuando un texto se adapta a la situación comunicativa en que se da, decimos que posee la propiedad de la adecuación. En este caso así sucede, pues Sostres escribe un artículo apropiado al canal —y sobre todo al contexto comunicativo—, acerca del reciente accidente aéreo. En su escrito, el autor tiene en cuenta también a los posibles receptores, empatizando con los que han sufrido y con los que hemos asistido desde el salón de nuestras casas a la tragedia.

Esta presencia del emisor en su texto es precisamente la modalización. En este apartado se trata de estudiar esta presencia y concluir si es mucha o poca, de acuerdo a una serie de modalizadores tanto gramaticales como semánticos.
Comenzamos con la descripción de la modalización epistémica. Esta consiste en el grado de conocimiento y seguridad que posee el emisor. Por lo que recoge el texto, parece que Sostres conoce bien lo que ha pasado, aunque no describe los hechos. El texto está lleno de expresiones asertivas que muestran un gran convencimiento de la idea principal del texto: “Demasiadas veces olvidamos…”, “no tenemos derecho a nada”, “te digo que somos hijos y padres de…”.

La modalización deóntica describe cómo el emisor tiene en cuenta la presencia de otros participantes de la comunicación. Desde luego, Salvador Sostres tiene muy presentes tanto a las víctimas como a sus familiares (deixis social), y por supuesto al receptor (deixis personal). Esto se puede observar a través de unas marcas concretas. Destacan especialmente las perífrasis de obligación y el uso del imperativo en la segunda mitad del texto: “tendríamos que ser”, “vivámoslo”, “hagamos”, “que el relato… explique”, “no hay que”, “hay que”. En este apartado destacamos la deixis personal y la social. En cuanto a la primera, el autor se dirige al receptor con la segunda persona del singular: “te digo que”. Además, usa con profusión la primera del plural de modo inclusivo. De esta manera, los lectores quedan atrapados en el discurso del emisor: “vivámoslo”, “somos hijos y padres”, “somos lo que nos duele”, etc. En cuanto a la deixis social, cabe decir que Sostres busca la cercanía afectiva tanto con las víctimas como con los receptores: “les debo algo a los que cayeron y a sus desconsoladas familias”, “que el relato de nuestra gesta explique...”.

Es en la modalización valorativa donde podemos estudiar con más detenimiento la presencia del emisor en su texto. En primer lugar porque realiza algunos juicios de valor sobre diferentes cuestiones: sobre su actitud ante la tragedia (“triste por la arrogancia narcisista de pasar días y días apesadumbrado…”), sobre el milagro de seguir vivo (“con la inmensa fortuna que he tenido”), sobre el milagro de vivir (“demasiadas veces, y con demasiada vanidad, olvidamos el milagro…”), etc.

La presencia del emisor se observa también a través de algunos modalizadores: utiliza la primera persona del singular en los dos primeros párrafos. Esto indica una marcada presencia suya en su escrito y potencia la modalización valorativa: “no iba”, “he estado”, “he pensado”, “les debo”, etc. Ya hemos anotado anteriormente los verbos modales. Señalamos la abundancia de léxico valorativo: abundan en los dos primeros párrafos los adjetivos calificativos (terrible accidente, discusiones estúpidas, tristeza introspectiva, canciones aburridas, inmensa fortuna, algo realmente bello…); también encontramos algunos sustantivos valorativos: maravilla, esperanza, pasión, tristeza, amor, dolor, etc. Y por supuesto, cuantificadores: demasiadas veces, gran dolor, profunda y eternamente. El texto tiene una gran fuerza emotiva que se consigue también a través de algunas figuras literarias: metáfora (El relato de nuestra gesta –por la forma en que vivimos-; La Cruz está en el patio de jugar); paradoja (solo los que entienden la libertad como un deber llegan a ser libres); metonimia (somos lo que nos duele).

Hemos constatado después de este análisis que estamos ante un texto muy modalizado, tanto epistémica, como deóntica y valorativamente. Destaca la presencia directa del emisor en su texto a través de la primera persona, así como la subjetividad presente mediante léxico valorativo.


II.III. Escoja una de estas dos cuestiones: (2p) El realismo mágico en La casa de los espíritus o Principales personajes de La Casa de los espíritus.

SOLO PARA INTELIGENTES

No me resisto a copiaros un artículo publicado a finales de abril. Para todos aquellos que NO ENTENDÉIS LA FILOSOFÍA o POR QUÉ LA ESTUDIAMOS: por favor, leed estas líneas y luego, si estáis convencidos, volved a protestar por tener que estudiar filosofía. Pero sabed que si protestáis, no sois más que parte de esa masa informe, estólida y cobarde que no se atreve a pensar por sí misma y que hace de este país una cuadra de retrógrados, atrasados, corruptos y aprovechados.

Mis queridos filósofos

En la filosofía canjeamos por ideas claras y distintas nuestras perplejidades. Sirve para defendernos de la banalidad y desenmascarar los discursos baratos, tramposos y fatuos de la mayoría de nuestros políticos

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EDUARDO ESTRADA
Ocurre a veces que uno necesita reconciliarse formalmente con la razón, días en que el mundo se vuelve opaco y el alma se siente huérfana de conceptos y anhelosa de armonía y claridad. Es el momento entonces de regresar a la filosofía. Y es que a veces el conocimiento intuitivo y emocional del arte y de la literatura empacha y cansa, quizá porque su empeño no es tanto esclarecer las cosas como enriquecerlas y, valga la paradoja, iluminarlas con nuevos enigmas, de modo que en la filosofía descansamos de ese oscuro entender y, por decirlo así, canjeamos por ideas claras y distintas nuestras perplejidades y vislumbres, como quien convierte su incierta mercadería en letras de cambio bien acreditadas.
Siempre he sido aficionado a la filosofía, y nunca me ha faltado un filósofo de cabecera. Cada momento ha tenido el suyo. Ha habido épocas de Nietzsche, de Ortega, de Spinoza, de Berkeley, de Heidegger, de Benjamin y Adorno, de Sartre y de Camus, y de tantos otros, y siempre de Schopenhauer, de quien nunca me canso, y por supuesto de Montaigne. De Montaigne me admira la suave y amena indagación que hace de sí mismo y de las cosas sencillas de su alrededor. Pocas veces nos dice nada que el lector no creyera haber pensado antes. La obviedad se convierte sin saber cómo en un hallazgo y en un don. Los pensamientos de siempre cobran en él el resplandor del primer día, y hasta sus muchas citas clásicas se nos revelan con toda la fuerza repentina de la novedad. De pronto descubrimos que todo en el mundo está por descubrir.

Otros artículos del autor

Así que uno es una especie de trotaconceptos, un vagabundo que en cualquier parte (un tratado de lo más sesudo, un artículo de periódico, una sentencia, hasta un refrán) encuentra hospedaje: es decir, encuentra el consuelo, y hasta la caricia maternal, de una idea que de pronto, como un relámpago en la noche, pone luz en el mundo. En cuestión de ideas, soy nómada. Apenas he conocido el placer de la creencia, y aún menos el de la militancia. Soy un viajero que hoy hace fonda aquí, y pide siempre el menú degustación, y que mañana continúa alegremente su camino. Como mero aficionado a la filosofía, me gusta además mi irresponsabilidad de lector, cosa que en la literatura me ocurrió solo en mis primeros años de juventud, cuando leía de todo, sin ley ni canon, y tenía tan buen apetito que no había libro o cómic al que le hiciera ascos. Por otra parte, yo suelo leer los textos filosóficos con cierto ánimo novelero, como si me contasen una historia cuyos personajes, héroes y malvados, son las ideas, y donde hay un argumento, un conflicto, una trama, una intriga, y hasta un desenlace desdichado o feliz. De filosofía, entiendo poco, y no aspiro a más, y en mis lecturas hace tiempo que renuncié a obtener cualquier botín teórico, lo cual me ofrece una levedad de lo más placentera. Vivo desde siempre en una alocada soltería filosófica.
Luego, otro día, resulta que te cansas y hasta reniegas de ese lenguaje y de esa luz, de esas pretensiones de alzar una torre de conocimiento tan alta como la de Babel, y regresas a la penumbra del arte y la literatura, y así vas, de los filósofos a los poetas, del razonamiento a la revelación, del no entender entendiendo al alivio, y acaso también al espejismo, de entender algo de una vez para siempre, y de reposar al fin en esa Ítaca tan inalcanzable que es la ilusión de la verdad. De las palabras que te guían a las palabras que te pierden.

Sin los autores estamos condenados a la ignorancia y a la palabrería: carne de cañón
Uno no sería ni la persona, ni el ciudadano, ni el lector y el escritor que es, sin la filosofía, sin esa fina lluvia de ideas, de pálpitos, de querellas intelectuales, de ecos dialécticos, que nos vienen del pasado y que se filtran en nuestra inteligencia y en nuestro corazón y que nos dotan de la clarividencia y el carácter necesarios para enfrentar críticamente el mundo y construir nuestra visión propia de la realidad, y que solo ahí, en ese gran río de conocimiento que es el legado de nuestros mayores, podemos encontrar. Esa es nuestra herencia, y no tenemos otra. En la filosofía (y, si se quiere, también en la literatura, que no es otra cosa que el patio de vecindad de las humanidades) está la llave de nuestra salvación como personas libres, lúcidas y mayores de edad.
Porque ocurre que del mismo modo que las facciones de nuestro rostro o las huellas de nuestros dedos son distintas, así también nuestro mundo interior y nuestra visión de la realidad son por fuerza exclusivos. Somos irrepetibles. Estamos condenados a ser originales. O mejor: en nosotros está la semilla de la originalidad, y de nosotros depende que caiga en buena tierra o que se agoste sin remedio. Pero para saber lo que valemos, y para lograr ser nosotros mismos, nos lo tenemos que ganar, y para eso es necesario un poco de soledad, de recogimiento, de esfuerzo, de lentitud… y de la ayuda de nuestros filósofos, de los de antes y de los de ahora, de los densos y de los ligeros, de los ceñudos y de los festivos, porque sin ellos estaremos condenados a la ignorancia y a la palabrería: carne de cañón.
Y he aquí que ahora, nuestros actuales gobernantes, no contentos con haber menoscabado la literatura en las escuelas, los libros en las bibliotecas y el teatro y el cine en las taquillas, han decidido también arrinconar a la filosofía, haciéndola meramente optativa, lo cual equivale a su extinción. ¿Qué muchacho, o qué padres de muchacho, van a elegir o a animar a elegir como asignatura la filosofía, que al fin y al cabo no sirve para nada, cuando se puede optar por otra materia más técnica y práctica, que acaso pueda servir para aspirar a un puesto de trabajo, por mísero que sea?

Solo una conjura explica la saña con la que los gobernantes persiguen a las humanidades
Triste país el nuestro. Trabajando cada cual para obtener sus pequeñas ventajas, nos estamos labrando entre todos la desdicha colectiva. Hoy sabemos ya que, en asuntos de educación, de ciencia y de cultura, el sueño de la Transición produjo, si no monstruos, sí figuras grotescas. Al cabo del tiempo, al cabo de tantos proyectos y sueños de regeneración, uno contempla el panorama social y comprueba que, tras la apariencia y el barniz de la modernidad, seguimos siendo el mismo país ignorante y atrasado de siempre. Queda una gran minoría ilustrada, cómo no, pero se antoja poco logro para las oportunidades históricas que tuvimos y que una vez más desperdiciamos. Diríase que hay una conjura para que estas cosas sean así. No de otro modo se puede interpretar el desprecio y la saña con que nuestros gobernantes persiguen a las humanidades en las escuelas y a la ciencia y a la cultura allá donde se encuentren. Como si hubieran recibido de ellas una afrenta que hay que vengar y reparar.
Seguimos, pues, como siempre en nuestra desdichada historia, a la espera de un Gobierno ilustrado, que crea de verdad en esa gran evidencia de que el progreso y la grandeza de un país se construyen por fuerza desde la educación. Algo que todo el mundo dice pero que nadie hace, quizá porque tampoco ellos, los mandatarios y demás malandrines, son amigos de la lectura y el estudio. Basta leer un par de horas a Montaigne, o cultivar el hábito de alternar, aunque sea solo de pasada, con nuestros queridos filósofos, para defendernos de la banalidad y desenmascarar y ponernos a salvo de los discursos baratos, tramposos, fatuos y hasta ridículos de la mayoría de nuestros políticos. Más que nunca, ante la ristra de elecciones que se nos avecinan, quizá esta sea la hora de regresar a la filosofía.
Luis Landero es escritor. Su último libro es El balcón en invierno (Tusquets).

sábado, 21 de marzo de 2015

ESCRIBIR AL PERIÓDICO



Es una magnífica experiencia publicar en el diario tu opinión. Piensa, escribe, publica. Si tienes algo que decir y aportar a la sociedad, hazlo. Lo necesitamos.



Te dejo una lista de direcciones para que te sea más sencillo.

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El confidencial digital 
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Avui 
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El Triangle 
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Las Provincias: cartas@lasprovincias.es

LA COHESIÓN TEXTUAL

Como ya dijimos, la cohesión nos deja ver el texto como un tejido: los hilos o hebras que lo forman están todos entretejidos, enhebrados entre sí. Y esto hace que el texto tenga unidad y sentido.

Algo que antes de escribir es así:



Acaba luego así:





Este es el texto 3 de la guía de 1º de bachillerato. Lo analizamos debajo: 


Ricardo Querol
El País 25 enero 2010

A algunos cooperantes los sacaron a gorrazos de pueblos de África cuando llegaban con toneladas de ropa usada y gratis. La industria textil local no agradecía precisamente el regalo que amenazaba con arruinar su modesto modo de ganarse la vida. Para ayudar al desarrollo no bastan las donaciones, las buenas intenciones ni el esfuerzo de los voluntarios. Para ayudar de verdad en zonas catastróficas, aisladas o inseguras deben cumplirse requisitos más asociados a la capacidad de gestión que al altruismo: conocer el terreno, respetar el estilo de vida, saber gestionar una red de distribución, asociarse con organizaciones locales.

Dos eventos ilustran el debate sobre la utilidad de las ONG: la oleada de solidaridad con Haití y el secuestro de los tres cooperantes catalanes que cruzaban el Magreb cargados con ayuda humanitaria. El cautiverio en Mauritania, que va a cumplir dos meses, es un carísimo precio por combinar lo solidario y las (comprensibles, legítimas) ganas de aventura. Quizás no era lo más eficaz enviar la ayuda en una caravana que estaba siguiendo  los pasos del rally Dakar, desplazado a América precisamente por la inseguridad. En Haití, las ONG más prestigiosas y las agencias internacionales se han visto desbordadas con la llegada masiva de ayuda que eran incapaces de repartir en un país en ruinas, y en el que se puso a prueba la relación entre la ayuda civil y la militar.

Las organizaciones caritativas son un protagonista cada vez más activo en el panorama global, pero en él conviven grandes y ambiciosas organizaciones con pequeños proyectos llevados con el entusiasmo del aficionado. Se suma al cóctel la explosión del llamado turismo solidario, en un momento en que a las ONG les sobran candidatos a arrimar el hombro en destinos exóticos y les falta personal para tareas más cercanas.

Son héroes quienes se juegan su tiempo, su dinero y hasta su vida por los demás. Pero los donantes y la opinión pública les empiezan a pedir  más: eficacia. Para que los resultados respondan a ese esfuerzo monumental.  

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Todo texto bien escrito está cohesionado, es decir, todos sus elementos (palabras, sintagmas, oraciones) están relacionados entre sí. Esta relación se establece por medio de elementos léxicos, semánticos o gramaticales. A continuación estudiaremos los más destacados del texto propuesto. Estos elementos van a estar siempre en dependencia del núcleo temático del texto: la ayuda humanitaria.

Comenzamos con los mecanismos de cohesión léxica. En este texto encontramos:
  • Repeticiones de palabras clave que giran en torno al tema del texto: ONG (3 veces), cooperantes (2), ayuda (4), esfuerzo (2, al principio y final del texto, de modo circular).
  •  Familias léxicas, formadas por derivación, alrededor de esas mismas palabras: ONG, organización; ayuda, ayudar; gestión, gestionar; inseguras, inseguridad.

 En cuanto a los elementos semánticos que dan unidad al texto destaca lo siguiente:
  • ·         El campo semántico de la solidaridad, bajo el que se engloban los siguientes términos: cooperantes, voluntarios, altruismo, ONG, humanitaria, solidario, organizaciones caritativas, agencias internacionales, donantes, esfuerzo.
  • ·         La relación de sinonimia entre algunos vocablos: cooperantes – voluntarios - candidatos - personal y el término héroe, usado al final del texto en referencia a estos voluntarios.
  • ·         La relación de hiperonimia entre: África -hiperónimo- y Magreb, Dakar, Mauritania –hipónimos-. O la misma relación entre “organizaciones caritativas –hiperónimo- y ONG, agencias internacionales, grandes organizaciones, pequeños proyectos, aficionados, hipónimos que encontramos en el párrafo tercero y que lo cohesiona con el resto del texto.
  • ·         Algunas figuras literarias: Ironía, en el párr. 1º (La industria textil no agradecía precisamente…) y en el párrafo 2º (“Quizás no era lo más eficaz enviar ayuda…”). Algunas metáforas bajo las expresiones: “oleada” (párr. 2) o “cóctel” (párr. 3).

 En resumen. A lo largo de todo el texto se establece una serie de relaciones léxicas y de significado en torno a dos o tres conceptos fundamentales o esferas conceptuales, que son las de “ayuda humanitaria”, “gestión eficaz” y “esfuerzo de los voluntarios”.

Estudiaremos a continuación cómo se consigue la cohesión gramatical a través de varios elementos: recurrencias, deixis, elipsis y el eje temporal. Añadiremos algún comentario sobre los conectores que organizan el texto de manera más eficaz.

-        Destacan las figuras literarias de repetición, sobre todo la enumeración, que da al texto ritmo y personalidad: “no bastan las donaciones, las buenas intenciones ni el esfuerzo” (l. 4); “conocer el terreno, respetar el estilo de vida, saber gestionar una red de distribución, asociarse con organizaciones locales.” (l. 6-7); “se juegan su tiempo, su dinero y hasta su vida” (párr. 4). Hay también una anáfora en el primer párrafo: “Para ayudar al desarrollo… Para ayudar de verdad”.

-        Encontramos un paralelismo que estructura el segundo  párrafo: “la oleada de solidaridad… el secuestro de los tres cooperantes”. Después se desarrollará cada uno de los elementos. También en el párrafo 3º: “les sobran candidatos… les falta personal”. Este paralelismo es también una correlación, elemento que está también en el primer párrafo, cohesionándolo por completo junto con la anáfora comentada: “deben cumplirse requisitos más asociados a la capacidad de gestión que al altruismo”.

-        Comentario aparte merece la deixis, pues se trata de un poderoso mecanismo cohesionador.
·         En cuanto a las referencias cotextuales o endofóricas hallamos lo siguiente:
o   Anáforas:
§  “el regalo” (párr. 1º), referido a la ropa gratis citada previamente.
§  Varios pronombres relativos que caracterizan la sintaxis del párrafo 2º y lo cohesionan: “que va a cumplir… que estaba siguiendo… que eran incapaces … en el que se puso a prueba”.
o   Catáforas. Destacamos tres referencias, una en cada uno de los tres primeros párrafos. Se enuncia algo que se desarrolla después:
§  1er párrafo: “deben cumplirse requisitos… conocer… respetar… saber gestionar… asociarse”.
§  2º párrafo: “Dos eventos… la oleada… el secuestro”.
§  3er párrafo: “Las organizaciones caritativas… protagonista… grandes organizaciones… pequeños proyectos… turismo solidario”.

-        Las referencias contextuales o exofóricas en este texto se articulan en torno a dos elementos y son a la vez espaciales y temporales: “La oleada de solidaridad con Haití… y el secuestro de los tres cooperantes catalanes que cruzaban el Magreb”.

-        No encontramos nada destacable en cuanto a la elipsis. Por lo que respecta al eje temporal, debemos decir que se combina el pasado para referirse a los hechos de Dakar y Haití (los sacaron, llegaban, amenazaba, agradecía, era, estaba siguiendo, han visto desbordadas, eran incapaces), con el más abundante presente, que enjuicia estos hechos y recomienda un determinado modo de actuar (no bastan, deben cumplirse, requisitos, ilustran, son, conviven, se suma, les sobran, les falta, son héroes, les empiezan a pedir, respondan).

-        Respecto a los conectores hay que decir que son escasos. En los dos primeros párrafos se utilizan los dos puntos para la enumeración, en vez de conectores. Encontramos la conjunción “pero” en el tercer y cuarto párrafo para expresar la oposición de ideas.

Hemos terminado este análisis de la cohesión gramatical en el que destacan las recurrencias y repeticiones, en especial las enumeraciones. Gracias al recurso de todos estos elementos el texto está, en consecuencia, bien cohesionado.


martes, 10 de marzo de 2015

MIGUEL HERNÁNDEZ



Hablar de Miguel Hernández es hablar de una de las mejores voces líricas que ha dado nuestra tierra en el siglo XX. Os invito a disfrutar con detenimiento de sus versos. Ya hemos visto el documental en clase, que podéis volver a ver en este enlace, y hemos comentado muchas cuestiones acerca de su vida, de algunos poemas, de su trayectoria poética, de su compromiso político y social y antes aun, diría yo, de su compromiso con la vida.
Os dejo también los apuntes sobre las preguntas de la PAU. Si bien, me gustaría que trascendierais la "obligación de estudiar un autor", para profundizar en la fuerza de su poesía. Alguno me ha pedido que facilitara una presentación de diapositivas que realizaron vuestros compañeros del año pasado cuando estaban en 4ºESO. Puede servir, aunque es muy breve. Aquí está.

ATENCIÓN:
Añadimos ahora unos apuntes que pueden servir también para preparar el examen.


jueves, 12 de febrero de 2015

ADECUACIÓN. TIPOLOGÍA Y MODALIZACIÓN



 EL PAÍS. 21 NOV 2013

 
Es lógico que estemos indignados (tal vez no lo suficiente) por el escándalo del espionaje, pero lo que no deberíamos estar es sorprendidos, como si acabáramos de descubrir que éramos observados. Tenemos derecho al enfado, por supuesto, pero no al asombro, porque ya deberíamos estar avisados de que esta era la lógica de internet. Nuestra reacción se merece aquel reproche de Nietzsche hacia quienes se pasan la vida sorprendiéndose al descubrir cosas que previamente habían escondido.
Este desconcierto se produce porque estábamos todavía en medio de la resaca de una precipitada celebración, que congregaba a muy variados festejantes en torno a diversas posibilidades prometedoras de internet. Unos se alegraban de que cualquiera podía expresar su opinión sin permiso de los directores de periódico o publicar un libro sin tener que someterse al filtro de los editores; otros aseguraban que la ciudadanía estaba a punto de despedirse de los partidos, las instituciones y sus representantes; hay quien celebraba la muerte de todos los secretos y el advenimiento de la transparencia total; nos creíamos que a partir de ahora íbamos a convertirnos en unos mirones, en unos observadores críticos que no eran vistos, que el saber iba a estar universalmente disponible y que todo se podía en adelante compartir.
Hemos pensado que informarse acerca del tiempo y las noticias, conectarse a una red social, comprar on line o enviar mensajes instantáneos era un auténtico chollo. Parecíamos desconocer que de este modo estábamos proporcionando información a cualquiera. Estar conectado equivale a proporcionar información acerca de uno mismo, de su localización y de sus acciones. Tras el escándalo desvelado por Snowden en torno al espionaje del NSA americano, se nos ha hecho patente la cara menos amable de un estado de cosas en cuya configuración habíamos colaborado […] Por eso se podría incluso sostener que el caso Snowden y el de Bradley Manning, en tanto que revelación de secretos, son una muestra de la capacidad autorreguladora de la democracia, un sistema político que sólo es posible allí donde termina por conocerse el trabajo de los servicios secretos... y el mensajero sobrevive. ¿Cabría imaginarse una revelación semejante en Rusia o China? No desaparecerá el espionaje, pero tendrá que ser más respetuoso con la legalidad y, sobre todo, más inteligente. Y es que al final espiar no sirve tanto porque no hace innecesarias las tradicionales relaciones de confianza que permitían una puesta en común de información que ahora aparece dañada. […]
Hace mucho tiempo que los servicios de inteligencia reconocen que cada vez se trata menos de acumular datos como de mejorar los filtros. El sociólogo Niklas Luhmann decía que la confianza era el principal reductor de la complejidad. Pero parece ser que en la National Security Agency circula el chiste según el cual "aquí solo creemos en Dios; a todos los demás los espiamos", o sea, que espían demasiado. Lo que Obama podía saber llamando directamente al teléfono de Merkel es más que lo que puede obtener pinchando su teléfono y socavando así la confianza entre ellos. La construcción de la confianza es nuestro gran desafío, también y principalmente en lo que se refiere a la seguridad.
Daniel Innerarity Catedrático de Filosofía Política, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y actualmente profesor visitante en la London School of Economics.


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TIPOLOGÍA TEXTUAL

Cuando un texto se adapta a la situación comunicativa en que se produce, entonces decimos que se trata de un texto adecuado. Esta propiedad de los textos —la adecuación— hace que el emisor tenga en cuenta el canal por el que va a emitir su mensaje, así como el receptor potencial, el contexto, etc.

En este caso, Daniel Inerariti escribe un texto pensado para un ámbito de uso público: el de los medios de comunicación social (diario El País). Este es su contexto. Por otra parte, la intención con la que parece escribirlo es la de argumentar que ante la facilidad de comunicación y falta de seguridad de los medios tecnológicos, el reto es generar confianza real para conseguir unas relaciones personales e internacionales correctas y seguras. Con esta argumentación, el texto pretende, por un lado informar al lector de las ventajas y desventajas de la red y por otro, orientar la opinión del lector y ordenar la conducta de las personas: es de todos conocida la falta de intimidad de internet, pero no por eso vamos a dejar de utilizarlo, al contrario, utilizándolo de modo respetuoso crearemos un clima de confianza propicio para las relaciones personales e institucionales. Por tanto, predomina en el texto la función conativa: “Es lógico que estemos indignados… pero lo que no deberíamos estar es sorprendidos” (l. 1y 2); “La construcción de la confianza el nuestro gran desafío…” (l. 33). También están presentes otras funciones comunicativas como la referencial, en el fragmento en el que describe los hechos de espionaje de Snowden y del NSA americano.

En cuanto al tono que mantiene el discurso, no cabe duda de que es reflexivo: hace continuas llamadas de atención al lector para que piense: “no deberíamos estar sorprendidos” (l.2); “tenemos derecho al enfado, pero no al asombro” (l.2); “Hemos pensado que informarse acerca del tiempo y las noticias (…) comprar on line (…) era un auténtico chollo”. Sin embargo, el autor no pierde la oportunidad de utilizar una fina ironía con la que nos hace cómplices a los lectores: “todos hemos sido muy ingenuos en el uso de internet, nos hicimos los tontos… no queramos ahora negarlo y aceptemos lo que hay”, parece decir Inerariti. Obviamente, la forma de elocución predominante es la propia de los artículos de opinión: expositivo-argumentativa. Por una parte se expone la realidad de la doble cara de la red y de los hechos delictivos de espionaje, dando datos precisos, nombres, situaciones, utilizando una modalidad oracional predominantemente enunciativa; por otro se argumenta que todo esto nos debe servir para reflexionar sobre la confianza.

Como todo artículo de opinión, pertenece al género periodístico y al subgénero de opinión. Casi con toda probabilidad se trata de una firma invitada adrede por la crisis que produjo el desvelamiento del espionaje de los EEUU a países de la UE, en concreto a Alemania. En estos casos, los medios buscan expertos que puedan hablar con más profundidad del tema. El artículo viene cortado, con lo que debía ser bastante más extenso y profundo.


MODALIZACIÓN

Cuando un texto se adapta a la situación comunicativa en que se produce, entonces decimos que se trata de un texto adecuado. Esta propiedad de los textos —la adecuación— hace que el emisor tenga en cuenta el canal por el que va a emitir su mensaje, así como el receptor potencial, el contexto, etc.

Vamos a estudiar la modalización del texto, es decir, la mayor presencia o ausencia del emisor en el mensaje que ha producido. Lo desarrollaremos atendiendo a tres puntos de vista. En primer lugar tratamos el grado de conocimiento y seguridad que tiene el emisor respecto al mensaje que emite, es decir, la modalización epistémica. Debemos decir que Inerariti parece buen conocedor de todo lo que afirma y que está al cabo de la calle de los hechos que expone, a tenor de los datos que ofrece (Snowden, el NSA americano); por otro lado, él es catedrático de Filosofía Política, perspectiva desde la que parece abordar los problemas que han surgido y lo hace con solvencia y seguridad. Esto se observa en las expresiones asertivas frecuentes en el texto: “es lógico que…” (l.1), “nuestra reacción se merece aquel reproche de Nietzche…” (l.1), “se nos ha hecho patente la cara menos amable de…” (l. 19), “lo que Obama podía saber... es más…” (l. 34).

Puesto que nos movemos en el ámbito de la adecuación, debemos tener presente de qué modo se tiene en cuenta al receptor de la comunicación en el artículo. En este caso, el emisor cuenta con él de manera clara. Lo observamos en el uso de las perífrasis de obligación, recomendaciones e imperativos: “no deberíamos estar sorprendidos” (l. 1), “nuestra reacción se merece aquel reproche…” (l. 4), “la construcción de la confianza es nuestro gran desafío” (l. 33).

En último lugar, tratamos la modalización valorativa, que hace más presente todavía al emisor en su mensaje. En este artículo encontramos varios juicios de valor sobre el fenómeno de internet, por ejemplo: “ya deberíamos estar avisados de que esta era la lógica de internet” (l. 4), “Y es que al final, espiar no sirve de tanto…” (l. 24). Sin embargo, esta modalización valorativa la encontramos más claramente en el uso de otros modalizadores que mostramos a continuación:

-        Empleo de una deixis personal aparentemente neutra (nosotros), pero que se convierte en una deixis social modalizada porque el autor se pone a nuestra altura y nos incluye en sus razonamientos y juicios a través de esa primera persona del plural: “Es lógico que estemos…” (l.1), “Hemos pensado que…” (l. 14), “…en cuya configuración habíamos colaborado” (l.19).
-        Empleo de la calificación de forma moderada pero muy contundente a través de léxico valorativo: “resaca de una precipitada celebración” (l.6), “posibilidades prometedoras” (l.7), “mirones” (empleo del sufijo valorativo, l. 12), “chollo” (l. 15). Como vemos, la calificación predomina en la primera parte del texto.
-        Encontramos también algunos verbos modales: de obligación, “deberíamos estar avisados” (l. 3), “sin tener que someterse” (l. 9); intelectivos que expresan opinión, “Parecíamos desconocer” (l. 15), “¿Cabría imaginarse…? (l. 23); probabilidad: “se podría incluso sostener” (l. 20).
-        La modalización valorativa en este texto está especialmente presente a través de un fino sentido del humor y de la ironía. La ironía impregna todo el primer y segundo párrafos. El texto está escrito en un tono condescendiente. El autor se incluye entre los “ingenuos” forofos de internet para que la crítica —que seguramente nos escocerá— nos resulte más suave. Además, incluye un chiste al final del texto quizá para rebajar el tono dramático que estaba cobrando en esas líneas.

Todos estos elementos nos llevan a concluir que el texto posee cierto grado de modalización. Es cierto que esta no es muy marcada. De hecho, por ejemplo, destaca una modalidad oracional enunciativa. Sin embargo, es suficiente para mostrar la intención del emisor y su presencia en el mensaje.